Este año lucía por mantilla, un tocado muy especial, un mantón de manila que parecía estar hecho de oro y para Ella.
En diciembre, además de los gozos de la Inmaculada Concepción y la celebración de la Esperanza, tenemos otra “fe ciega”, más allá del olor a multitudes, saetas y “bullas”.
Es esa otra procesión que se forma de manera espontánea cada 13 de diciembre para besar la reliquia y la mano de la SANTA con mayúsculas, Santa Lucía (Virgen y Mártir).