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Mirando al cielo. Así nos despertamos los hermanos de Santa Lucía este último domingo de septiembre, pues teníamos presentes las negativas predicciones meteorológicas y en el recuerdo las aciagas mañanas de los años anteriores con la lluvia como inesperada protagonista.
Despejado el día, San Román, preparada como templo abierto, acogió a los visitantes que mostraban sus deseos de vivir una jornada espléndida.
El paso procesional, colocado junto al Altar Mayor, mostraba todo su esplendor antiguo de tonos apagados. Exornado con la tradicional cenefa de claveles blancos en su crestería y sus jarras con fanales rosas rojas, como símbolo del martirio de la Santa de Siracusa. Con todos los codales encendidos, el paso resaltaba aún más por el cariño depositado por sus cofrades durante las semanas de limpieza y preparación de la cofradía.
Recibimos la esperada visita de comisiones de distintas Hermandades y Cofradías con los que nuestra Corporación mantiene fraternales lazos de unión, así como destacados miembros y Presidente del Ilustre Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla, quienes felicitaron a la Corporación.
A las diez de la mañana se inicio la Eucaristía presidida por el Rvdo. Padre D. Rafael Fernández Gutiérrez. Una vez concluida la celebración eucarística y tras la convocatoria realizada por la Secretaria Primera de la Corporación, se inicio por los Auxiliares designados al efecto, el reparto de las Varas e Insignias Mayores; iniciándose a partir de este momento la formación de la Procesión.
La primera llamada del paso de nuestra Sagrada Imagen Titular fue dedicada a la memoria de todos los hermanos, bienhechores y devotos fallecidos, especialmente aplicada por el alma de nuestros hermanos fallecidos en el presente año. Dicha llamada fue realizada, de acuerdo con las directrices de nuestro Hermano Mayor, por N.H.D. Dolores Guerra Pérez, la cual por motivos de salud se vio impedida de participar de forma permanente en el cortejo procesiónal. Igualmente el Rvdo. P. D. Rafael Fernández Gutiérrez, realizó la segunda llamada en nombre y representación de la Comunidad Parroquial de San Román, sede provisional de esta Hermandad desde el cierre de la Iglesia de Santa Catalina.
La salida del cortejo procesional se inició a las 11:15, realizándose el recorrido establecido: Plaza de San Román, Peñuelas, Bustos Tavera, Plaza de los Terceros, Gerona, Santa Ángela de la Cruz, Plaza de San Pedro, Plaza del Cristo de Burgos, Dormitorio, Alhondiga, Plaza de los Terceros, Sol y Plaza de San Román.
El cortejo procesional estuvo formado por Cruz alzada, hermanos con cirios de color blanco, representaciones con su Estandarte corporativo de las hermandades de la Resurrección de La Rinconada, Virgen de la Sierra, Los Gitanos, Carmen de Santa Catalina y Exaltación; Libro de Reglas, Estandarte de Santa Lucía, presidencia, cuerpo de acólitos, paso y Banda de Música “Nuestra Señora del SoL”. En la presidencia estuvo representado el Consejo de Cofradías con su delegado de Glorias, Juan Gamero. También estuvieron presentes en la salida de procesión su presidente, Adolfo Arenas Castillo, Andrés Martín, delegado de Glorias y Tomás Vega, tesorero de esta institución.
El acompañamiento musical, de carácter marcadamente clásico, corrió a cargo de la Banda de música "Nuestra Señora del Sol", que recuperó el "Himno de Santa Lucía", que se interpretó a la salida en la misma plaza de San Román.
Santa Lucía hizo estación en la Iglesia de la Paz, sede de la hermandad de la Sagrada Mortaja, que recibió a la Santa con su estandarte corporativo en el compás del templo. También hizo lo propio en los conventos del Espíritu Santo y Santa Ángela de la Cruz.
La entrada de la Cruz de Alzada en el interior del templo, se produjo cinco minutos antes de la hora prevista (14:20); mientras que eran 14,30 horas cuando el paso de Santa Lucía atravesaba el dintel del Templo Parroquial de San Román.
Así concluyó la Solemne Procesión que marcan nuestras Reglas, sin mayor protagonismo que el de la Bendita y Milagrosa Santa Lucía, abogada protectora de los padecimientos oculares. En el interior del templo, una vez que el paso de palio traspasó el dintel de la puerta de la iglesia, los participantes aguardaron con el corazón encendido para rezar por el alma de aquellos que en vida acompañaron a su Sagrada Imagen y ya no se encuentran entre nosotros.
Después, en cumplimiento por lo dispuesto en el Cabildo de Oficiales Extraordinario de Salida y ratificado en Cabildo General Ordinario de Salida, se dio lectura por el Sr. Consiliario de las intenciones de la Solemne Procesión en Defensa de la Vida desde su Concepción hasta la Muerte Natural. Y nacieron abrazos, y quizás unas lágrimas, porque todo salió bien, y un feliz hasta el año que viene si Dios quiere.
Significada la presencia y comportamiento de nuestros hermanos, pequeños y mayores, que acompañaron a la Imagen de su devoción con probada fidelidad y responsabilidad llevando varitas, portando, cirios, varas e insignias o mostrando el valor de su testimonio al portar sobre sus hombros a la Bendita Imagen de Santa Lucía, Virgen y Mártir.
