Hace cuatro años, una eternidad,..., nos dirigíamos a vosotros para presentaros la nueva Junta de Oficiales y los proyectos, anhelos y circunstancias, y los objetivos que pretendíamos alcanzar, con la ayuda de Dios Nuestro Señor, de su Bendita Madre y de SANTA LUCÍA.
Ahora, cuatro años después, uff, como pasa el tiempo, parece que fue ayer, hemos de rendir cuentas de lo logrado. La ayuda del Señor y de la Santa no me han faltado, es más me han auxiliado con largueza, con sobreabundancia de bienes y de apoyos en los malos momentos. Sin ellos habría arrojado la toalla. Gracias a un grupo de hermanos que han remado conmigo dirigidos por el soplo del Espíritu del Señor, hemos llegado al fin de la singladura.
Es hora de efectuar el relevo, yo por mi parte me he encomendado y me seguiré encomendando a SANTA LUCÍA para que en estos momentos me ilumine especialmente, para, que mi decisión, sea de seguir o de ceder el testigo a alguien, sea siempre en beneficio para la Hermandad a la que todos nos debemos.
No olvidemos que nosotros, bien por biografía, edad, vicisitudes o tacos de almanaque, hemos de pasar, pero la institución, LA HERMANDAD DEBE SEGUIR ADELANTE, no debe retroceder ni para tomar impulso. Por todo ello, tanto para mí como para quien me suceda, os exhorto a rodearlo del cariño, de la comprensión, colaboración y estrecha comunión que yo he sentido en la mayoría de los hermanos y devotos.
La Casa de TODOS, nuestra casa de Hermandad, se bendijo el día de la suspendida salida procesional. El Crédito hipotecario, a pesar del trote enloquecido del euribor, se va pagando, poca colaboración se sigue observando en este aspecto, si no fuese por las manos de algunos hermanos que a NUESTRA CASA le han dedicado más horas que un vigilante, no estaría como está.
En fin, si de algo ha servido nuestra ejecutoria, sea por la mediación de SANTA LUCIA. Y si seguimos por que vosotros queréis, será tambien por la mano de la SANTA, no por nuestros medios y aplicaciones.
Con un abrazo en Cristo y en la especial sintonía con SANTA LUCIA, donde quiera que nos encontremos tendréis mi mano tendida de hermano y de amigo.
Antonio González González